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Elecciones Regionales

Actualizado: 21 mar 2020


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Tomado del comunicado de la Conferencia Episcopal de Colombia sobre las elecciones de autoridades locales 2019:


Permitannos invitarlos respetuosamente a tener presentes algunas consideraciones:


1. Los comicios de este año revisten una importancia particular porque representan la oportunidad pensar y proyectar el país que queremos, así como de comprometer a los ciudadanos en un proyecto común de país y de trazar caminos para alcanzar los ideales de justicia, verdad, libertad y solidaridad. Tratándose de elecciones regionales, son una ocasión privilegiada para avanzar hacia el desarrollo y la reconciliación que se desarrollan ante todo desde los territorios.


2. El país necesita los esfuerzos de todos para cultivar y defender la unidad, poniendo freno a la polarización que lo sigue dividiendo. Gobernar es sinónimo de dialogar, escuchar, tender puentes y reconciliar. No es posible unir un pueblo para gobernarlo, cuando se le ha dividido en la campaña electoral. El papa Francisco durante su visita a Colombia, nos dirigió esta invitación: "...no decaigan en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistan en favorecer la cultura del encuentro".


3. Es preciso "colocar en el centro de toda acción política, social y económica a la persona humana, su altísima dignidad y el respeto por el bien común". Hay que evitar privilegios, parcializaciones o privilegios de unos pocos, para buscar cuanto favorezca la superación de la desigualdad, de la injusticia y de la falta de oportunidades para los más desfavorecidos. La política no es el mero arte de administrar el poder; es una vocación de servicio para la generación del bien común; es una alta forma de caridad". (Papa Francisco)


4. Para presentar programas realistas y claros que respondan a las necesidades de quienes los elegirán, conviene acercarse y conocer bien a las comunidades, mirar a los ojos a los más pobres y a los que sufren, así como escuchar atentamente al pueblo. Hay situaciones que en ésta hora de nuestra historia, piden de los gobernantes una atención prioritaria, entre otras, las migraciones, el narcotráfico y el microtráfico, la drogadicción, la violencia y seguridad, el desempleo, la crisis de salud, la pobreza, la destrucción del medio ambiente, los conflictos por la tierra.


5. Conviene que hagamos mayores esfuerzos para terminar con los vicios de la política y especialmente contra la corrupción. Los candidatos a servidores públicos deben ser absolutamente transparentes en el rechazo a la compra y venta de votos, al trasteo de votantes, a la manipulación o presión para votar en un determinado sentido, a la penetración de dineros ilícitos en las campañas. No paga ganar las elecciones con prácticas corruptas.


6. Es preciso tener presente que el respeto y defensa de la vida, de la familia, de la educación y de la justicia son valores fundamentales para cimentar sólidamente la sociedad.


7. Los colombianos anhelamos campañas propositivas y a la altura de los ideales que caracterizan el recto ejercicio de la política. No es necesario acudir a insultos, a mentiras o a la difamación de los contrincantes. La mejores ideas son las que atraen y convencen por el contenido de las ideas y la validez de las propuestas.


Los Obispos con nuestras comunidades oraremos confiadamente para que éste tiempo previo a las elecciones transcurra con armonía y serenidad, que sea rico en búsquedas y propuestas para el bien común, de modo que resucite la esperanza del pueblo colombiano de un mejor mañana, fruto de la participación de todos.



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Juan Pablo Rojas ©

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