Bautizados y enviados
- Juan Pablo Rojas
- 26 sept 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 mar 2020

Tomado de la Carta Pastoral de monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo a los Sacerdotes, Religiosos (as), Laicos y personas de buena voluntad de la Arquidiocesis de Florencia, Caquetá.
Cuaresma 2019.
Abordando asuntos prácticos los invito hermanos a retomar la identidad misionera que nos ha impulsado el Concilio Vaticano II. De una manera especial no se nos olvide la invitación del documento de Aparecida: Iglesia en misión permanente. Retomemos por favor, el impulso misionero que le ha dado nuestra Iglesia el Papa Francisco.
Es necesario que en nuestros esquipos de misión, volvamos a estudiar la exhortación apostólica Ecangelii Gaudiaum, especialmente los numerales del 19 al 24.
Allí el Santo Padre nos da luces maravillosas para nuestro impulso misioenro. No se nos olvide: todos somos misioneros, escuchemos la Palabra: "Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos..." (Mateo 18,19). Como Jesús, "Ven y haz tu lo mismo" (Lucas 10,37).
Como Iglesia Diocesana, que vive su identidad y misión en la Amazonia Colombiana, seamos una Iglesia particularmente amante y respetuosa de la "casa común", volvamos a estudiar la teología de la Creación. Retomemos la encíclica "Laudato Sí", sobre todo, la tercera parte: "Educación y espiritualidad ecológica", numerales 202 al 246.
Como Iglesia Diocesana, en salida misionera, salgamos, salgamos, vayamos a todos los rincones geográficos y existenciales de nuestra parroquia e institución.
Los niños nos necesitan, los jóvenes quieren que los escuchemos y los acompañemos; los maestros y padres de familia nos buscan para que seamos sus grandes aliados en la educación de las nuevas generaciones; los adultos y ancianos nos reclaman una palabra de ánimo y esperanza.
Como Iglesia diocesana, con rostro amazónico en salida misionera, seamos cercanos, muy cercanos a todos, si esto no es verdad, no somos Católicos.
Para finalizar algunos asuntos prácticos y operativos:
Sin oración no hay misión, lo primero que se debe intensificar es el espíritu de oración en el Sacerdote y por lo tanto en la comunidad. La misión en fruto de la Oración.

Fuente de información:
Carta impresa para la formación de los misioneros de la jornada de misión "Bautizados y enviados" Diócesis de Florencia.
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